Había unas ves un hombre llamado Pedro que vivía en Uruguay. Su padre murió hacía ya 10 años dejándole de herencia una fábrica de chocolate muy importante para ese país.
En la noche de la muerte del hombre entraron por el techo de la fábrica a robarla, llevándose todo el chocolate necesario para la fabricación del mes.
Este hacho termino de angustiar y entristecer a Pedro, ya que la fabrica era el lugar preferido de su padre la cual creo con todo su amor.
Así que urgente llamó a la policía, cuando llegó, encontraron que los ladrones no habían dejado pistas, y la alarma no había sonado
Los oficiales que vinieron no demostraron mucho interés en el caso, lo cual llamó la atención de Pedro.
Uno de los policía dijo: -” ¿Por qué vos no te vas a tu casa y nosotros investigamos mejor en muestra oficina, dale?
Pedro no estaba muy seguro pero igual obedeció y se fue a su casa.
Pasó una semana y ni rastros de los ladrones, así que Pedro fue a la policía para reclamar y se encontró con que todavía no sabían nada. El muchacho se cansó de esperar y buscó a su amiga Ana para que lo ayudara a descubrir quién había sido el ladrón que arruinó lo que tanto sacrificio había construido su padre.
Así que volvieron a la fábrica para ver si encontraban algo que la policía no había visto. Buscaban, pero no pasaba nada. Esa noche cada uno se fue a su casa. Al día siguiente Ana llama a su amigo y le dice:
-¿Por qué no vamos a hablar con el comisario, tal vez saben algo qué no nos dicen?
-Dale Ana.
Cuando llegaron el comisario les dijo que esperen en su oficina, que en diez minutos los atendían. En ese momento los dos se miraron y se entendieron, se metieron en la oficina y mientras Ana hacia de campana Pedro buscó información en la computadora. Esto fue de gran ayuda ya que encontraron los planos de todas las fábricas importantes de la zona con señalamientos de cómo entrar y las claves de todas las alarmas. Se fueron antes de que el comisario volviera a su oficina.
Esta situación desespero al muchacho ya que no sabía que hacer. Entonces fue al juzgado y habló con un amigo del padre que trabajaba ahí, este le contó que estaban investigando a esa comisaría y que su declaración ayudaría a meterlos a todos presos.
Y así fue como Pedro y Ana declararon y con esto pudieron encerrar por varios años a esta banda de ladrones y nunca más nadie se enfrento a Pedro y a Ana ya que sabían que los iban a vencer
FIN.
Autora: Iona Marino 6ª grado
escuela139elbolson@yahoo.com.ar
martes, 9 de diciembre de 2008
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