Había una vez dos chicos que de chiquito soñaban con ser detective, sueño que se cumplió de grandes.
Juntos pusieron una agencia y desde ese día trabajaban juntos, el mayor se llama Matías y el Menor, José.
Estaban desayunando en la oficina cuando una llamada cambió la mañana, emergencia en el lago, juntos, como siempre, fueron a la escena. Un niño se ahogó, pero no parecía un accidente común por lo cual decidieron realizar algunas averiguaciones.
Matías recorre el lugar y descubre rastro de pisadas.
Uno de los testigos, hermano de la victima, declara que escuchó gritos, estaba en su cuarto que tenía vista al lago, bajo y encontró a su hermana sentada en la puerta de su casa mirando el cuerpo flotando de su Pablo, su hermano menor.
Al tomarle declaraciones a la hermana, ella cuenta, que no lo mató.
El detective le pregunta :
-¿Por qué no lo salvo?
Y Ella contesta:
-Porque se lo merece, el quería quedarse con todo, mamá le cedió su casa, y nosotros, qué, nada. Bueno que ella lo salve.
Los detectives guardaron silencio, no podían creer lo que escuchaban, mandaron el caso al juez, pero ellos se quedaron angustiados, se miraron y sonrieron.
Matías dijo
- ¡Qué bueno es tenerte como hermano! Y juntos partieron en busca de otro caso para investigar.
Andrea Chávez
miércoles, 10 de diciembre de 2008
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